En mi regreso temporal a Bilbao por Navidad, he decidido reseñar la novela «Voracidad» de Juan Bas, un escritor «bilbaíno de pro» que, aunque ahora vive en Barcelona, no deja de ejercer su identidad bilbaína en sus obras. Esta novela es la segunda parte de «Alacranes en su tinta», aunque no es necesario haber leído la primera para entenderla. Durante mi lectura, me di cuenta de que es una novela bastante gamberra, pero bien hecha. Destaca por su sentido del humor cruel, políticamente incorrecto y, a veces, ligeramente vulgar. Es verdad que este tipo de humor puede no ser del agrado de todos los lectores, sobre todo por su contenido sexual explícito.

Sin embargo, a medida que avanzaba en la novela, me di cuenta de que dejaba de ser solo una gamberrada para convertirse en algo bastante crudo y brutal. Los últimos capítulos son especialmente desagradables y no aportan mucho a la trama. Aunque es cierto que logran reunir a casi todos los personajes importantes, no creo que valga la pena incluirlos debido a la sensación de asco que generan. Incluso yo, que he leído novelas bastante fuertes, como «Cacheo» de Dennis Cooper, me pareció demasiado perturbadora.

Uno de los aspectos divertidos de la novela es que Bas la utiliza como arma contra las personas que no le agradan. Si bien cambia los nombres, es fácil reconocer en la novela a figuras públicas como Aznar, Ana Botella, Kiko Argüello, Paolo Vasile, César Vidal y Pío Moa. Además, el nacionalismo vasco es objeto de una repugnancia evidente por parte del autor. Esto puede restarle interés a la novela, ya que se convierte en una especie de vendetta personal disfrazada de ficción.

Aunque tiene momentos hilarantes, su sentido del humor cruel y su contenido escabroso pueden no ser del agrado de todos los lectores. Asimismo, la novela pierde interés al convertirse en una plataforma de ataque personal por parte del autor.