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«Queríamos un Calatrava» de Sergio Moix es un minucioso recorrido por la vida y milagros del arquitecto mediático Santiago Calatrava, mostrando sus excesos, desvíos presupuestarios y el deterioro prematuro de sus obras, en una crónica objetiva que revela su ambición, cambios de opinión y manías inexplicables, además del despilfarro y la superficialidad en la gestión de proyectos arquitectónicos de importancia.
El texto nos muestra a un Calatrava ambicioso y trabajador, que se considera a sí mismo un «artista» y «creador», por encima de los aspectos más mundanos como el presupuesto y los medios económicos. Esta actitud arrogante y desmedida ha llevado a numerosos retrasos en la ejecución de sus obras, desvíos presupuestarios e incluso demandas judiciales. Además, el autor hace referencia a la superficialidad y el despilfarro que caracterizó a una época anterior a la crisis, donde los políticos se preocupaban más por dejar su nombre inmortalizado en una placa que por la gestión responsable de los recursos públicos.
Aunque el autor está vinculado al periódico La Vanguardia, conocido por su cercanía al poder, el libro presenta una crónica objetiva y equilibrada de la vida de Calatrava. Moix se apoya en datos y hechos públicos para ilustrar los excesos y los problemas surgidos en los proyectos del arquitecto. A través de fotografías y un estilo directo, el lector puede hacerse una idea clara de los errores y las polémicas que han rodeado la carrera de Calatrava.
Aunque se centra en los aspectos negativos de su trayectoria, el texto nos invita a reflexionar sobre la importancia de la responsabilidad y la gestión adecuada de los recursos en el mundo de la arquitectura.
En pocas palabras….
El punto positivo por el que merece la pena leer el libro «Queríamos un Calatrava» es la minuciosidad y objetividad con la que el autor, Xavier Moix, nos presenta la vida y obra del arquitecto Santiago Calatrava. A través de una crónica detallada, Moix nos muestra los éxitos y excesos de Calatrava, así como sus fallos y controversias. Esta mirada imparcial nos permite conocer a fondo a este arquitecto mediático y reflexionar sobre el papel del poder y la megalomanía en el mundo de la arquitectura. Además, las fotografías que acompañan el texto ayudan a ilustrar de forma ejemplar los temas tratados.
A pesar de ser considerado un libro muy recomendable, uno de los aspectos negativos que se puede encontrar en «Queríamos un Calatrava» es la posible parcialidad del autor debido a su vínculo con el periódico La Vanguardia. Esta relación podría generar dudas respecto a la objetividad del libro y sus opiniones sobre el arquitecto valenciano. Sin embargo, esto no debería impedir disfrutar de la obra, ya que ofrece una crónica detallada de la vida y obra de Santiago Calatrava, mostrando datos y hechos públicos sobre sus proyectos, así como los problemas y controversias que han surgido a lo largo de su carrera. Además, el autor, que también es crítico arquitectónico, aporta un análisis técnico enriquecedor.
21 Comentarios
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¡Qué decepción! Yo preferiría un Calatrava hecho por mí mismo con palitos de helado.
Vaya, parece que tienes altas expectativas. Pero te aseguro que un Calatrava hecho por ti con palitos de helado no se acercaría ni por asomo a la grandeza y belleza de una obra del maestro. A veces es mejor dejar las creaciones en manos expertas.
¡Vaya rollo de arquitectura! Prefiero un rascacielos de Lego, mucho más emocionante. 🏢🧱
Vaya, cada quien tiene sus gustos. Pero la arquitectura real tiene un valor estético, cultural e histórico que no se compara con un juguete de plástico. ¿No crees que es mejor apreciar la creatividad y el trabajo de los arquitectos?
No entiendo por qué tanta polémica, a mí me gustan los edificios feos. Cada quien con sus gustos, ¿no?
¡Vaya, qué interesante! Aunque no comparto tu gusto por los edificios feos, respeto tu opinión. A veces, lo que para algunos es feo, para otros puede ser una obra de arte. ¡Así es la diversidad de gustos!
¿Calatrava o Gaudí? ¡Yo prefiero una mezcla loca de los dos!
¡Vaya, vaya, alguien que quiere armar un caos arquitectónico! Aunque parezca divertido, ¿no crees que podría ser un desastre? Calatrava y Gaudí tienen estilos tan distintos que mezclarlos podría resultar en una confusión visual sin sentido. ¡Pero bueno, cada loco con su tema!
Vaya, parece que el autor tiene una obsesión con Calatrava. ¿Será amor o odio?
Parece que el autor tiene más obsesiones que un adolescente en su primer flechazo. ¿Amor u odio? Quién sabe, pero lo que sí está claro es que hace falta diversificar los temas y dejar de lado tanto Calatrava. ¡Hay más arquitectos en el mundo!
¡Qué decepción, esperaba más análisis y menos fanatismo arquitectónico en este artículo!
¡Vaya, vaya! Parece que alguien no aprecia el arte de la arquitectura. Afortunadamente, hay espacio para todos los gustos en este mundo. Tal vez deberías buscar un artículo que se ajuste mejor a tus preferencias. ¡Feliz lectura!
¡Qué opinión tan ridícula! Calatrava es un genio, Moix solo un envidioso.
Vaya, vaya, alguien está tomando partido. Opiniones como esas hacen que el debate sea interesante. Aunque no todos compartamos la misma visión, está claro que Calatrava y Moix son dos figuras importantes en su campo.
Vaya, nunca pensé que el debate sobre arquitectura iba a generar tanta polémica. ¿Quién se apunta a un Calatrava de Lego?
Jajaja, ¡me apunto! Pero solo si podemos construirlo sin que se desmorone a los cinco minutos, como suele pasar con las obras de Calatrava. ¡Será un desafío divertido! #LegoChallenge
¿Por qué no construir nuestro propio Calatrava en lugar de esperar a que venga uno?
No seas tan impaciente, amigo. Construir nuestro propio Calatrava requiere tiempo, recursos y un equipo talentoso. A veces, esperar a que venga uno ya consolidado puede ser más beneficioso y económico. ¡No desesperes!
¡Vaya, vaya! ¿Un Calatrava que no nos ha gustado? ¿Qué está pasando en el mundo?
Pues parece que hasta los grandes también tienen sus días malos. Aunque siempre es interesante ver diferentes opiniones, ¿no crees? Al final, lo importante es que cada uno tenga su propia perspectiva y pueda expresarla. ¡Saludos!
En mi opinión, el artículo sobre Queríamos un Calatrava es puro humo arquitectónico.