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«Otoño en Pekín» es una novela desconcertante y surrealista que narra la historia de varias personas que deben construir un tren en el desierto de Exopotamia, con un toque de humor irreverente y elementos metaliterarios, pero que carece de lógica interna y consistencia, siendo más apta para lectores que disfruten del libre albedrío creativo.
La novela se divide en tres partes, siendo la primera, titulada «Primer movimiento», la más fluida y llena de ocurrencias extravagantes. Sin embargo, las siguientes partes, «Segundo» y «Tercer movimiento», se tornan más profundas, repletas de reflexiones trascendentes, pero resultan más pesadas de leer. Los personajes, inicialmente interesantes, tienden a agotarse al repetir dinámicas, lo que puede restar atractivo a la trama. A pesar de esto, la novela podría agradar a aquellos lectores que disfruten del libre albedrío creativo, mientras que aquellos que busquen coherencia y consistencia podrían sentirse insatisfechos.
Cabe mencionar que la edición de Edhasa incluye un prólogo extenso escrito por el traductor Juan García Hortelano, que se extiende por más de cincuenta páginas. En este prólogo, Hortelano se desdobla, discute consigo mismo y se autoparodia, mientras ofrece una visión sobre la vida y obra de Boris Vian, haciendo énfasis en «Otoño en Pekín». Este prólogo, al igual que la novela, se mimetiza con el disparate y resulta tremendamente divertido, aportando un valor adicional a la obra.
En conclusión, «Otoño en Pekín» es una novela que desafía las convenciones, ofreciendo una trama surrealista y disparatada que puede resultar atractiva para los amantes del libre albedrío creativo, pero que podría dejar insatisfechos a aquellos que buscan lógica interna y consistencia en una narración.
A pesar de sus deficiencias, Otoño en Pekín puede ser disfrutada por aquellos que aprecien el libre albedrío creativo y estén dispuestos a extraer las ideas brillantes que se esconden en medio de su caos narrativo. La novela tiene momentos brillantes, especialmente en su primera parte, pero se ve lastrada por la falta de integración de sus atractivos ingredientes y por sus movimientos posteriores, que resultan más profundos pero también más cuesta arriba para el lector. En resumen, esta obra puede ser recomendada a lectores dispuestos a adentrarse en un mundo de disparates y rarezas, pero es probable que deje insatisfechos a aquellos que buscan una narrativa más cohesionada y consistente.
En pocas palabras….
Otoño en Pekín, la novela surrealista de Boris Vian, es una obra que desafía los parámetros tradicionales de la narrativa, llevando al lector a un mundo de absurdo y desconcierto. A pesar de la aparente falta de sentido y lógica interna, esta novela ofrece un punto positivo que merece ser destacado: su capacidad para sumergir al lector en un universo creativo y libre, lleno de ocurrencias extravagantes y humor irreverente. La narrativa de Vian desafía al lector a desprenderse de las convenciones habituales y sumergirse en un mundo de surrealismo y absurdo, brindando una experiencia única y enriquecedora para aquellos dispuestos a adentrarse en su mundo caótico y creativo.
Después de leer detenidamente «Otoño en Pekín» y reflexionar sobre su contenido, debo decir que uno de los puntos negativos que desaconsejaría la lectura de este libro es la falta de coherencia y sentido en la trama. Aunque la novela pretende desconcertar y desafiar los parámetros tradicionales, en este caso, la disparatada propuesta no logra cuajar ni integrarse de manera satisfactoria. La premisa de la historia, que involucra la construcción de un tren en el desierto de Exopotamia, no parece estar relacionada de manera coherente con la trama, lo que puede resultar confuso y desconcertante para el lector.
15 Comentarios
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¡Vaya, no puedo creer que alguien pueda disfrutar de Otoño en Pekín! ¿En serio?
¡Claro que sí! Cada persona tiene sus propios gustos y preferencias. A mí también me cuesta creerlo, pero la diversidad es lo que hace interesante el mundo. ¡A disfrutar del Otoño en Pekín!
¡Vaya, vaya! ¿Otoño en Pekín de Boris Vian? ¿Y si mejor leemos algo más emocionante?
¡Vaya, vaya! No todos buscamos la misma emoción en la lectura. A algunos nos fascina sumergirnos en la sutileza y la melancolía de Otoño en Pekín. Pero cada quien con sus gustos, ¿no? ¡A disfrutar de nuestras elecciones literarias!
¡Qué decepción! Pensé que sería una novela emocionante, pero resultó ser aburrida y confusa.
Vaya, lamento que no hayas disfrutado de la novela. A veces los gustos difieren y no todas las historias son para todos. A mí me encantó la trama intrigante y la forma en que se desarrolló. ¡Pero bueno, cada quien tiene sus propias preferencias!
¿Otoño en Pekín es una obra maestra o simplemente una locura surrealista? Opiniones, por favor.
Opino que Otoño en Pekín es una locura surrealista sin sentido. No logré conectar con la trama ni entender su propósito. Definitivamente no es una obra maestra en mi opinión. Cada quien tiene sus gustos, pero esta no fue para mí.
Creo que Boris Vian es un autor sobrevalorado, no logré conectarme con su estilo.
Respeto tu opinión, pero debo discrepar. Boris Vian fue un autor innovador y su estilo único capturó la esencia del absurdo y la ironía. Tal vez vale la pena darle otra oportunidad y explorar más de su obra.
No entiendo cómo alguien puede disfrutar de una obra tan absurda y confusa como Otoño en Pekín.
Pues, cada quien tiene sus gustos y preferencias. A algunos nos encanta la complejidad y originalidad de Otoño en Pekín. Tal vez no sea para todos, pero eso es lo que hace que el mundo de las artes sea tan diverso y emocionante.
¡Vaya, vaya! ¿Otoño en Pekín de Boris Vian? Qué decepción, pensé que hablarían de sushi.
Qué aburrido, prefiero leer un libro de cocina que perder tiempo con eso.
Vaya, cada quien tiene sus preferencias. Personalmente, encuentro más emocionante explorar nuevas recetas y técnicas culinarias a través de videos y blogs. Pero si los libros de cocina son lo tuyo, ¡adelante! ¡Disfruta de tu pasión gastronómica!