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Niños de domingo

Ingmar Bergman

Sinopsis en una frase

«Niños de domingo» es la segunda parte de una trilogía autobiográfica-familiar de Bergman que trasciende lo individual para abordar temas universales, como los primeros miedos, la relación con el padre y la vejez, con una voz literariamente creíble y un tono frío pero delicado.


Resumen:
Niños de domingo de Ingmar Bergman

«Niños de domingo» es la segunda parte de la trilogía autobiográfico-familiar de Bergman y cumple con dos requisitos indispensables para las novelas autobiográficas. Por un lado, los temas tratados son universales y trascienden de lo individual a lo colectivo. Por otro, la voz y estructura elegidas por Bergman dotan de credibilidad y sentido a lo narrado. La historia se sitúa en un fin de semana de julio de 1926, cuando Pu, el alter ego del autor, tiene apenas 8 años. Durante este tiempo, el pequeño Bergman se enfrenta a su primera experiencia con la sexualidad, al miedo a la muerte y a la infelicidad, entre otros temas perfectamente reconocibles para cualquier lector. Sin embargo, el punto central de la historia es la relación entre el autor y su padre, el pastor Erik Bergman. Bergman introduce tres escenas situadas en el futuro, donde el padre ya está enfermo y agonizando, lo cual le da mayor potencia a los hechos pasados. La narración combina lo evocativo y descriptivo con lo introspectivo y psicológico, y logra un tono frío y delicado al mismo tiempo, evitando caer en sentimentalismos baratos. Aunque se destaca la edición preciosa de la editorial Fulgencio Pimentel, se critica la alternancia entre primera y tercera persona, ya que podría haber logrado el mismo efecto sin este cambio de registro. El libro también presenta guiños cinéfilos para los fans de la obra de Bergman, como la casa de la infancia, que recuerda a «Fresas salvajes», o escenas que evocan «El séptimo sello» y la teatralidad de algunas situaciones que rememoran películas centradas en la duda, la culpa y la confusión.

Opinión Personal / Crítica

«Niños de domingo», la segunda parte de la trilogía autobiográfica de Bergman, es una novela bastante recomendable que cumple con los requisitos que considero indispensables en este tipo de obras. En primer lugar, los temas tratados trascienden de lo individual a lo colectivo, lo que hace que la historia sea universal y fácilmente identificable para cualquier lector. Además, la voz narrativa elegida por el autor es creíble y dotada de sentido, lo que muestra su habilidad como escritor.

La novela nos sitúa en un fin de semana de julio de 1926, cuando el protagonista, un niño de tan solo 8 años, se enfrenta a descubrimientos sobre la sexualidad, el miedo a la muerte, la vejez y la infelicidad. Estos temas son reconocibles para cualquier persona y se abordan de forma sensible y realista. Sin embargo, lo más destacable de «Niños de domingo» es la relación entre el protagonista y su padre, un pastor, que queda marcada por esos días de julio.

Aunque la novela tiene muchos aciertos, como la introducción de escenas situadas en el futuro que dan mayor potencia y coherencia a los hechos pasados, la alternancia entre la primera y tercera persona me resulta chocante y no creo que fuera necesaria para lograr el efecto deseado. Además, el tono frío y delicado de la narración evita caer en sentimentalismos baratos, pero a veces se vuelve excesivamente introspectivo y psicológico.

Aunque tiene algunos aspectos mejorables, como la alternancia de voces narrativas, en general, es una obra que ofrece una lectura interesante y reflexiva.

En pocas palabras….

Nos ha gustado…

El punto positivo por el que merece la pena leer «Niños de domingo» es la habilidad del autor, Ingmar Bergman, para trascender lo individual y presentar temas universales de forma creíble. A través de la voz y la estructura elegidas, Bergman logra conectar con el lector y brinda una experiencia literaria auténtica. Además, la introducción de escenas situadas en el futuro y la conjugación de lo evocativo con lo introspectivo añaden potencia y coherencia a la narración. Aunque la alternancia entre primera y tercera persona puede resultar un tanto chocante, en general la obra destaca por su tono frío y delicado, evitando caer en sentimentalismos baratos. Además, para los fanáticos de la obra cinematográfica de Bergman, hay guiños a sus películas más conocidas que añaden un valor extra a la lectura.

No nos ha convencido…

A pesar de los aciertos de «Niños de domingo» de Bergman, hay un aspecto que no me convence del todo. Me resulta chocante la alternancia entre la primera y tercera persona en la narración. Si bien entiendo que el autor busca mantener una distancia con los hechos, creo que se podría haber logrado el mismo efecto sin necesidad de cambiar el registro. Esta alternancia puede resultar confusa y romper el flujo narrativo de la historia, lo que puede dificultar la inmersión del lector en la trama. Aunque es un detalle menor, es un punto negativo que puede restar valor a la experiencia de lectura del libro.


21 Comentarios

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    1. ¡Vaya, qué lástima que no puedas apreciar las películas sombrías y deprimentes! Afortunadamente, hay personas a las que nos gusta sumergirnos en historias que exploran aspectos oscuros de la vida. ¡La diversidad de gustos es lo que hace que el mundo del cine sea fascinante!

    1. ¿Por qué no deberíamos analizar una película de los años 60? Son obras icónicas que han influido en la industria cinematográfica. Si no te gusta, simplemente no la veas, pero no trates de imponer tu opinión sobre los demás.

    1. ¡Vaya! Siento mucho que no hayas disfrutado de la película. Aunque todos tenemos gustos diferentes, para muchos de nosotros, Niños de domingo es una obra maestra que logra conmovernos y hacernos reflexionar. ¡Pero bueno, cada quien con sus preferencias!

    1. Pues lamento arruinarte la ilusión, pero los niños de domingo son aquellos que solo aparecen ese día para disfrutar de los juegos y luego desaparecen como si nada. Nada que ver con el dominó. ¡Sigue buscando, amigo!

  1. ¡Vaya, vaya! No sé ustedes, pero a mí me pareció que Niños de domingo de Ingmar Bergman fue una decepción total. ¿Alguien más se sintió así?

    1. ¡Pues a mí me encantó Niños de domingo! Creo que Bergman logró capturar la complejidad de la infancia de una manera brillante. ¿Quizás no entendiste su mensaje? No todos apreciamos el mismo tipo de cine, supongo.

    1. Vaya, qué lástima que no puedas apreciar la profundidad y belleza de las películas de Bergman. Tal vez necesites abrir tu mente y sumergirte en su mundo cinematográfico antes de juzgar.

    1. Vaya, parece que no aprecias el arte cinematográfico de Bergman. Aunque sus películas pueden ser intensas y reflexivas, es innegable su impacto en el mundo del cine. Tal vez deberías darle otra oportunidad y sumergirte en su genialidad.

    1. No eres el único. Niños de domingo fue una decepción total. La trama era aburrida y predecible. No entiendo cómo a la gente le gusta esta película. ¡Definitivamente no la recomiendo!

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