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Magistral, de Martín Giráldez, es un juego literario ácido y provocador que desafía las convenciones y critica el establishment literario, con influencias de autores como Céline, Gaddis y Bernhard.
La librera Isabel Sucunza, de La Calders en Barcelona, me recomendó encarecidamente este libro. Ella lo describió como un juego, y en nuestra breve conversación incluso mencionó la expresión «ida de olla». Sin embargo, mi opinión sobre esta obra es más mundana. Magistral es, en efecto, un juego literario en el que el autor, Martín Giráldez, utiliza una gran cantidad de palabras extrañas, muchas de ellas inventadas o adaptadas. No soy de los que leen con un diccionario a mano, pero Magistral no es un libro para leer apresuradamente. Comienza como una reflexión sobre el lenguaje, pero pronto se convierte en una crítica a la uniformidad y mediocridad crítica, al establecimiento literario y al dominio de la literatura estadounidense. A pesar de las diatribas y la incorrección en todos los ámbitos, Giráldez no parece preocupado por las consecuencias.
Magistral hace referencia a sí mismo, incluso incluye la portada y extractos de un libro de Ben Marcus. Esta elección estética desconcertante incorpora diferentes idiomas, recuadros centrales y recortes brutales, lo cual genera una sensación juguetona y gamberra. Es como si Giráldez asumiera que su público potencial aceptaría su ácido ejercicio de esteticismo dilettante. Aunque algunos podrían sentirse tomados el pelo, y quizás la urgencia de las pequeñas editoriales independientes por cuadrar números en cada publicación pueda ser un motivo, la sensación de tener que volver a leer el libro inmediatamente después de terminarlo, por si se ha pasado por alto algo, no es algo que ocurra con frecuencia.
«Magistral» me fue recomendada calurosamente como un juego literario por Isabel Sucunza, una librera de Barcelona, de una librería especializada en libros que despiertan curiosidad página tras página. El libro es descrito como un juego (meta)literario lleno de palabras extrañas e inventadas. Pero no soy una persona que lea con un diccionario a mano, y esto me dificultó un poco la experiencia de lectura. La novela comienza como una reflexión sobre el idioma, pero después empiezan a aparecer críticas hacia diversos aspectos de la literatura, desde el establishment hasta el dominio de la literatura estadounidense. El autor no parece preocupado por las consecuencias de sus diatribas y utiliza influencias de otros escritores como Céline, Gaddis y Pynchon. Aunque el caos de la novela es voluntario y orgulloso de serlo, se pueden captar matices y guiños que añaden algo de orden. A pesar de que algunos pueden sentirse tomados del pelo con este ejercicio estético, la sensación de tener que volver a leer el libro inmediatamente después de terminarlo es algo poco común.
En pocas palabras….
El punto positivo por el que merece la pena leer el libro «Magistral» es su carácter audazmente experimental. El autor, Martín Giráldez, juega con el lenguaje y emplea palabras extrañas, inventadas o adaptadas, creando una experiencia de lectura única y desafiante. El libro aborda temas como la crítica literaria uniforme y adocenada, el dominio de la literatura estadounidense y la represión del establishment. Con influencias de autores como Céline, Gaddis, Bernhard y Pynchon, «Magistral» se presenta como un caos voluntario y orgulloso de serlo, desafiando las convenciones literarias y ofreciendo una propuesta arriesgada y refrescante. La sensación de necesitar leerlo nuevamente una vez terminado, para no perderse ningún detalle, es algo que no ocurre con frecuencia y que hace que este libro sea digno de ser explorado.
Un punto negativo por el que no merece la pena leer el libro «Magistral» es la complejidad y dificultad que presenta en su lectura. El autor emplea un lenguaje y vocabulario poco convencional, con palabras inventadas o adaptadas, lo cual dificulta la comprensión y fluidez de la lectura. Además, el libro se adentra en reflexiones sobre el idioma y critica diferentes aspectos de la sociedad y la literatura, lo que puede resultar confuso y poco accesible para algunos lectores.
9 Comentarios
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¿Quién necesita una sinopsis cuando puedes simplemente ver el resumen en YouTube? 🙄
¿Soy el único que piensa que esta película es completamente sobrevalorada? #NoEntiendoLaHype
¡Para nada eres el único! No entiendo cómo tanta gente alaba esta película como si fuera una obra maestra. A veces la hype puede ser engañosa y nos hace creer que algo es mejor de lo que realmente es. Cada quien tiene sus gustos, ¿no?
Me parece que la sinopsis en una frase no captura la esencia del libro, ¡decepcionante!
¿Alguien más cree que la magistralidad de Rubén Martín Giráldez es sobrevalorada? #Controversia
¡Totalmente de acuerdo! Creo que Rubén Martín Giráldez es sobrevalorado. Su estilo es mediocre y carece de originalidad. Hay muchos otros escritores mucho más talentosos que merecen reconocimiento. #OpiniónPersonal
¡Vaya artículo! ¿Pero quién necesita una sinopsis en una sola frase? ¡Yo quiero detalles!
¿Soy el único al que no le gustó Magistral de Rubén Martín Giráldez? No lo entendí.
No, no eres el único. Magistral de Rubén Martín Giráldez puede ser un libro complicado de comprender. Tal vez necesites darle otra oportunidad o simplemente no es de tu gusto. A veces, no todos los libros nos llegan de la misma manera.