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«Microteatro psicopático» de Javier Tomeo es una colección de pequeñas piezas teatrales protagonizadas por seres irreales, absurdos o desquiciados, que van desde lo humorístico hasta lo poético, en un entorno onírico donde la sorpresa inicial se pierde si se leen todas seguidas.
El microteatro de Tomeo se asemeja a las parábolas o los «misterios» medievales. Los personajes son símbolos, desde niños sin nombre hasta payasos, filósofos, marineros y animales parlantes. Los escenarios también presentan una variedad de lugares, como trenes, barcos, parques y casas. Todo esto se desenvuelve en un mundo abstracto y metaliterario, en el cual el público a menudo se convierte en un personaje más.
El tono de estas historias varía desde lo humorístico hasta lo poético, con momentos decididamente absurdos. Brillantes chispazos de ingenio que podrían ser encapsulados como chistes se mezclan con cuestionamientos profundos sobre la comunicación y la vida. El entorno en el que se desenvuelve la trama es onírico, donde el cielo puede convertirse en un queso gruyer y un niño puede robar la luna de un pozo para dársela a su madre.
En mi opinión, estas «historias mínimas» se aprecian más si se leen con espacio entre una y otra. Si se leen todas de manera continua, terminan pareciendo demasiado similares y se confunden en la memoria del lector. La sorpresa inicial se pierde y los diálogos terminan siendo variaciones unos de otros. Además, según lo que Paula mencionó en su reseña de «Diálogo en re menor», parece que estos diálogos en un contexto abstracto e irreal son características distintivas de las obras de Tomeo.
El estilo de Javier Tomeo ofrece una mezcla única de humor, poesía y absurdo, transportando al lector a un mundo lleno de personajes simbólicos y escenarios surrealistas. Aunque leer todas las historias seguidas puede hacer que se diluya un poco su impacto, si se les da el espacio adecuado, estas «historias mínimas» pueden sorprender y entretener al lector con su ingenio y reflexiones sobre la vida y la comunicación.
Javier Tomeo demuestra su habilidad para crear personajes simbólicos y caricaturescos, y los escenarios abstractos y metafóricos añaden un toque de misterio al conjunto. El tono de las historias varía entre lo humorístico y lo poético, con toques de absurdo que despiertan la imaginación del lector. Sin embargo, recomendaría leer estas historias con pausas entre una y otra, ya que si se leen todas seguidas pueden llegar a parecerse demasiado y perder la sorpresa inicial. También es importante tener en cuenta que los diálogos en un contexto abstracto e irreal son una característica recurrente en la obra de Tomeo.
En pocas palabras….
Si hay un motivo por el que vale la pena leer este libro es por la originalidad de las historias que presenta Javier Tomeo. En estas pequeñísimas piezas de teatro, nos sumergimos en un mundo absurdo y desquiciado, habitado por personajes irreales y simbólicos. Desde niños sin nombre hasta animales parlantes y esqueletos, cada relato es una aventura surrealista que desafía nuestra imaginación y nos invita a reflexionar sobre la comunicación y la vida misma. Además, el tono humorístico y poético de Tomeo hace que cada historia sea una chispa de ingenio encapsulada en unas pocas páginas. Aunque es recomendable leer estas historias con espacio entre ellas para disfrutar plenamente de su singularidad, su lectura es una experiencia sin igual que nos transporta a un universo literario fascinante.
Un punto negativo por el que no merece la pena leer este libro es que todas las historias son demasiado similares entre sí y se confunden en la memoria del lector. Al leerlas todas seguidas, la sorpresa inicial se pierde y los diálogos acaban por resultar variaciones unos de otros. Esto podría hacer que la lectura resulte monótona y repetitiva.
16 Comentarios
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¡No entiendo cómo pueden gustar estas historias mínimas! ¡Me parecen aburridas y sin sentido!
Cada quien tiene sus gustos, amigo. No todos buscamos emociones explosivas o tramas complejas. A veces, lo mínimo es lo que nos llega al corazón y nos hace reflexionar. No se puede juzgar sin entender.
¡Qué aburrido! No entiendo cómo alguien puede disfrutar de historias tan insignificantes.
Vaya, cada quien tiene sus gustos ¿no crees? Aunque para algunos puedan ser insignificantes, para otros son pequeños tesoros llenos de emotividad y significado. Al final, lo importante es respetar las preferencias de cada persona. ¡Saludos!
No entiendo por qué les gustó, a mí me pareció aburridísimo. ¿Soy el único?
No eres el único, a muchos no nos gustó. Pero cada quien tiene sus gustos, así que no te preocupes. Siempre habrá opiniones divididas. ¡A seguir buscando algo que nos emocione!
¡Qué aburrido! No entiendo cómo alguien puede disfrutar de historias mínimas. ¿Alguien más está de acuerdo?
¡Vaya, cada quien con sus gustos! Aunque a algunos nos encanta sumergirnos en pequeñas historias, entiendo que no sea lo de todos. Afortunadamente, hay una variedad de géneros literarios para todos los gustos. ¡A seguir buscando lo que nos apasiona!
¡Qué pereza leer estas historias mínimas! Prefiero historias épicas y emocionantes. ¿Alguien más?
Vaya, qué lástima que no puedas apreciar la belleza de las historias mínimas. A veces, la grandeza está en los detalles y en lo cotidiano. Pero bueno, cada quién tiene sus preferencias. Afortunadamente, hay historias para todos los gustos.
Todas esas historias mínimas suenan aburridas, prefiero una buena telenovela para entretenerme.
Cada quien tiene sus gustos, pero no subestimes el poder de las historias mínimas. A veces, en la simplicidad se encuentran las emociones más auténticas y profundas. Dale una oportunidad, podría sorprenderte.
No entiendo por qué tanto alboroto por estas historias mínimas. ¿Qué tiene de especial?
A veces las historias mínimas son las que más nos conectan con la realidad y nos hacen reflexionar sobre lo cotidiano. Si no te interesan, simplemente pasa de largo y busca algo que te llame la atención. No todos compartimos los mismos gustos, y eso está bien.
¿En serio les gustó? A mí me pareció aburridísimo, no entiendo cómo pueden disfrutarlo.
Cada quien tiene sus gustos y preferencias, amigo. Aunque a ti no te haya gustado, eso no significa que los demás no puedan disfrutarlo. Hay diversidad de opiniones, y eso es lo que hace interesante el mundo del entretenimiento. ¡Saludos!