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«El gabinete de un aficionado» es una novela en la que Georges Perec juega con la estructura de mise en abyme a través de la historia de un cuadro que contiene una versión más pequeña de sí mismo, mientras que la mayor parte del libro se compone de una detallada descripción y catalogación de los cuadros de una colección, creando una sensación de perplejidad e intriga en el lector.
La trama de «El gabinete de un aficionado» gira en torno a cuadros. La novela está llena de cuadros, ya que habla de un cuadro llamado «El gabinete de un aficionado» pintado por Heinrich Kürz por encargo de Hermann Raffke, un millonario cervecero. El cuadro retrata a Raffke admirando su colección privada de cuadros. Lo interesante es que el propio «Gabinete» está reflejado en el cuadro, creando así una estructura de mise en abyme en la historia. El cuadro contiene una versión más pequeña de sí mismo, y esa versión a su vez contiene otra versión más pequeña, y así sucesivamente hasta el infinito.
Sin embargo, esta no es más que una parte de la novela. La parte que me dejó más perplejo es la descripción y catalogación detallada de los demás cuadros de la colección de Raffke, donde se mezclan pintores reales con otros que supongo son inventados. También se incluyen diversas historias secundarias relacionadas con el cuadro y la colección. Las listas y anécdotas que aparecen son difíciles de encontrarle un hilo conductor y muchas veces resultan poco interesantes en sí mismas.
Siento que hay algo que se me escapa, como si estuvieran burlándose de mí. Pero al menos en este caso, Perec es más explícito al respecto. Quizás necesite leer más de sus obras para poder apreciar su estilo y su genialidad en su totalidad.
En pocas palabras….
El punto positivo por el que merece la pena leer El gabinete de un aficionado de Georges Perec es la originalidad de su estructura y su capacidad de desafiar las convenciones literarias tradicionales. A través de la técnica de mise en abyme, Perec crea un laberinto de obras de arte dentro de la novela, en el que la pintura principal contiene una versión más pequeña de sí misma, y así sucesivamente. Esta estructura compleja desafía al lector a sumergirse en un juego intelectual y visual, creando una experiencia de lectura única y estimulante. Aunque pueda resultar desconcertante en un principio, la originalidad y audacia de Perec en su enfoque narrativo hacen de El gabinete de un aficionado una lectura intrigante e inusual.
Un punto negativo por el que no merezca la pena leer el libro «El gabinete de un aficionado» de Georges Perec es la sensación de confusión y desorientación que provoca en el lector. A lo largo de la novela, se mezclan descripciones detalladas de cuadros y su catalogación con historias laterales que no parecen tener una idea central clara. Esto puede llevar a que el lector se sienta perdido y sin un objetivo claro al leer la obra, lo que puede resultar frustrante y desalentador.
9 Comentarios
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Parece que este aficionado a Perec tiene más gabinetes que ideas interesantes. ¿Alguien más piensa lo mismo?
Vaya, parece que alguien se levantó con el pie izquierdo. No todos tenemos que estar de acuerdo contigo, amigo. A algunos nos gusta disfrutar de las ideas y los gabinetes. Pero hey, cada quien con su opinión, ¿no?
No entiendo cómo alguien puede disfrutar tanto de un libro sobre el gabinete de un aficionado. ¿De verdad?
Cada quien tiene sus gustos y preferencias. Si a ti no te interesa, está bien, pero no juzgues a los demás por disfrutar de algo que a ellos les apasiona. La diversidad de intereses es lo que hace interesante al mundo.
¡Qué interesante! No puedo creer que alguien pueda tener un gabinete dedicado a un escritor.
Qué exageración. ¿Un gabinete para un escritor? Parece una pérdida de espacio y recursos. ¿Acaso no hay cosas más importantes en las que enfocarse? Cada quien con sus obsesiones, supongo.
No entiendo por qué tanta emoción por un gabinete de un aficionado. ¿Qué tiene de especial?
¿Y tú qué has hecho para menospreciar el trabajo de alguien? Si no te interesa o no ves lo especial, simplemente ignóralo. No necesitas arruinar la emoción de los demás. Cada quien tiene sus pasiones y eso es lo que lo hace especial.
¡No entiendo cómo pueden gustar los gabinetes de aficionados a Georges Perec! ¿Alguien más?