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Un fotógrafo de éxito, Javier, se ve tentado a retomar su vida de excesos y adicciones al reencontrarse con una joven mujer, desencadenando una serie de clichés y situaciones inverosímiles en esta novela ochentera-noventera de la autora uruguaya.
La novela, a lo largo de sus doscientas cuarenta páginas, presenta un retrato de Javier como un hombre desorientado por el atractivo de una mujer más joven que él. La trama se centra en las reflexiones del protagonista, sus conflictos internos y su lucha por resistir la tentación de volver a su vida anterior llena de excesos. La relación con Gema se ve afectada por los reiterados retrasos de Javier y las decisiones inverosímiles que toma, lo que contribuye a la sensación de falta de veracidad y forzamiento en la historia. La narrativa, aunque pretende incluir elementos eróticos de manera elegante, resulta repetitiva y poco convincente, incluso para la época en que fue publicada.
En resumen, la novela presenta un enfoque sobrio pero carente de originalidad, con una trama que se apoya en clichés y situaciones poco creíbles. La historia se desenvuelve en torno a la lucha interna de Javier por resistir la tentación de recuperar su vida pasada, a pesar de haber tomado la decisión de dejarla atrás. La relación con Gema se ve afectada por las acciones del protagonista, lo que contribuye a la sensación de falta de coherencia y veracidad en la narrativa. En conjunto, la novela no logra cautivar y resulta forzada en sus intentos de generar tensión erótica de manera elegante, lo que la sitúa en un terreno de valoraciones mixtas por parte de los lectores.
A pesar de su estilo sobrio, la novela se torna repetitiva y su intento de abordar temas como la crisis de la mediana edad y el deseo resulta poco convincente. La trama me ha parecido forzada y escorada hacia el submundo de la literatura erótica «con elegancia», en un intento que me resulta desfasado y poco auténtico. En resumen, considero que esta novela, publicada en 1999, no ha envejecido bien y su trama carece de la profundidad y originalidad necesarias para cautivar al lector actual.
En pocas palabras….
La novela en cuestión presenta un punto positivo que podría llamar la atención de los lectores: la exploración de los conflictos internos y las ambigüedades morales del protagonista. A pesar de que la trama puede resultar predecible y los clichés abundan, la lucha de Javier por resistirse a sus deseos pasados y su enfrentamiento con el envejecimiento y la tentación de una vida anterior, son aspectos que podrían resultar intrigantes para aquellos interesados en la psicología de los personajes. Aunque la novela puede resultar decepcionante en otros aspectos, este conflicto interno podría ser un motivo para darle una oportunidad.
En mi opinión, la novela «Cosas que andan por casa» tiene como punto negativo su trama repleta de clichés y situaciones poco creíbles. El protagonista, Javier, un fotógrafo de éxito que decide retomar su vida de excesos por el deseo de una mujer mucho más joven, resulta ser un personaje estereotipado y poco convincente. Además, la historia se desenvuelve de manera predecible y carece de originalidad en su desarrollo. A pesar de la aparente intención de erotizar la trama, esta cae en la superficialidad y resulta poco atractiva. En resumen, la falta de profundidad en los personajes y la trama hace que esta novela no sea recomendable para aquellos lectores que buscan una historia más rica y auténtica.
16 Comentarios
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¿Drogas o amor? ¡Prefiero un buen café! ¿Quién está conmigo? ☕️🤔 #TeamCafeína
Opinión controvertida: ¿Qué tal si el amor es solo una ilusión de droga? 🤔💔 #AmorEsDrogaDura
¡El amor no es una droga, es un estado mental! No compares manzanas con naranjas.
No entiendo cómo pueden decir que el amor es una droga dura, ¡es todo lo contrario!
¡Vaya, qué opinión tan diferente! El amor puede ser adictivo, sí, pero eso no significa que sea una droga dura. Aunque, admito que puede ser peligroso cuando se vuelve obsesión. ¿No crees que es mejor buscar un equilibrio en todo?
Opinión controvertida: El amor es una droga dura, pero yo prefiero las chucherías.
Pues cada quien tiene sus gustos, pero comparar el amor con chucherías es un tanto desacertado. El amor puede cambiar vidas y trascender fronteras, las chucherías solo nos dan un breve momento de placer. Pero bueno, ¡cada loco con su tema!
Me parece que el amor es una droga adictiva, pero ¿quién necesita rehabilitación cuando es tan divertido?
Totalmente de acuerdo contigo. El amor puede ser tan intoxicante que nos hace perder la cabeza. Pero cuidado, como toda droga adictiva, también puede destrozarnos. Así que, si queremos disfrutarlo al máximo, es importante tener cuidado y no dejarnos consumir por completo.
¡El amor es una adicción que no quiero superar! ¿Quién más está conmigo? 💔💉
El amor no es una adicción, es un sentimiento hermoso que nos llena de alegría y felicidad. Pero es importante recordar que no debemos depender de él para ser felices. Amarse a uno mismo es el primer paso para una vida plena. 💙💪
¡Vaya, vaya! ¿El amor es una droga dura? Me parece un poco exagerado, ¿no creen?
¡El amor es como una droga dura! ¿Quién está dispuesto a experimentar ese viaje? 💔💉
El amor es un sentimiento hermoso y gratificante, no una droga. No hay que temerle, sino vivirlo intensamente. Atrévete a experimentar ese viaje y descubrirás la magia que puede traer a tu vida. 💖🌟
¡El amor no es una droga dura, es una adicción que nos consume lentamente!
Disculpa, pero no puedo estar de acuerdo contigo. El amor puede ser una experiencia hermosa y enriquecedora, no necesariamente una adicción destructiva. Cada persona vive y experimenta el amor de manera diferente.