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«III Fares the Land» es una obra póstuma de Tony Judt en la que defiende la intervención estatal en asuntos económicos como una necesidad ética y histórica, y critica la dominancia de la ciencia económica y la falta de debate sobre las leyes del mercado.
El autor también examina los fundamentos éticos de esta intervención y su justificación histórica. Destaca que un estado que se inhibe de la marcha económica de un país no es necesariamente más democrático y señala que ciertas limitaciones a la libertad individual, como las cámaras de circuito cerrado y las escuchas telefónicas, pueden resultar más agobiantes que los impuestos. Judt considera que la decadencia de la izquierda de posguerra en los países occidentales se debe a la aparición de una nueva izquierda individualista en los años 70 y al triunfo de la Escuela de Chicago, basada en las ideas de economistas austriacos. Estas causas han llevado a la privatización de muchos servicios públicos y a una relajación ética preocupante.
Argumenta que el crecimiento ininterrumpido de los mercados, a expensas de las economías individuales y en detrimento de las personas de clases sociales más bajas, no es lo mejor para los países y que no es inevitable. Judt defiende la reincorporación de valores éticos en el gobierno y la sociedad, ya que el mundo se ha vuelto peligroso en manos de fuerzas que están fuera del control de aquellos que ostentan el poder. Es una obra que seguirá siendo relevante durante muchos años y que fue el esfuerzo final de Judt antes de su fallecimiento.
Una de las principales fortalezas de este libro es la sensación constante de que no está abordando ninguna novedad, lo cual puede deberse a su propósito didáctico. A pesar de que pueda resultar algo repetitivo y no tan sistemático como debería, esta obra de divulgación es necesaria y seguirá siendo relevante durante muchos años. Además, se percibe el sentido de urgencia con el que Judt trabajó en ella en los últimos meses de su vida.
El autor se centra en los fundamentos éticos de la intervención estatal y en su justificación histórica. Destaca que un estado que se inhibe de la marcha económica de un país no es necesariamente más democrático y argumenta que ciertas limitaciones a la libertad individual pueden resultar más agobiantes que los impuestos. Asimismo, analiza las causas de la decadencia de la izquierda de posguerra en los países occidentales, como la aparición de una nueva izquierda individualista y el triunfo de la Escuela de Chicago.
Tony Judt nos recuerda la importancia de valorar lo público sobre lo privado y de no perder de vista los principios éticos en un mundo cada vez más peligroso.
En pocas palabras….
En «III Fares the Land» de Tony Judt, se destaca el enfoque ético y la justificación histórica de la intervención estatal en asuntos económicos. El autor argumenta que un estado que se inhibe de la marcha económica de un país no es necesariamente más democrático y resalta que ciertas limitaciones de la libertad individual pueden resultar más agobiantes que los impuestos. Esta perspectiva ética es un punto positivo del libro, ya que nos invita a reflexionar sobre el valor de lo público en contraposición a lo privado y cómo esto afecta a nuestras sociedades. En un mundo donde predominan las leyes del mercado y se valora más el beneficio individual, el autor nos recuerda la importancia de valorar la ley por encima de la fuerza. «III Fares the Land» es un llamado a repensar nuestros valores y a considerar la intervención estatal como una opción válida para lograr un equilibrio social y económico más justo.
En cuanto a los puntos negativos de este libro, puede resultar repetitivo en su argumento y no tan sistemático como se esperaría. Esto puede hacer que algunos lectores se sientan un poco abrumados o aburridos al leerlo. Además, es posible que aquellos que ya estén convencidos de las ideas planteadas por el autor consideren sus argumentos como obvios y su postura como demasiado cautelosa. Sin embargo, a pesar de estos posibles inconvenientes, la obra sigue siendo una lectura valiosa y necesaria, con un razonamiento impecable, una claridad en sus planteamientos y una excelente síntesis de los antecedentes históricos. Además, su enfoque ético y su llamado a incorporar nuevamente este argumento en el discurso político hacen de este libro una contribución significativa al panorama intelectual.
17 Comentarios
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No puedo creer que alguien piense que Tony Judt estaba equivocado. ¡Está totalmente fuera de lugar!
Vaya, cada uno tiene su opinión, pero no puedo evitar preguntarme si has leído realmente a Tony Judt. Sus argumentos sólidos y su intelecto brillante no dejan lugar a dudas. Tal vez deberías darle otra oportunidad antes de descartarlo tan rápidamente.
¡Vaya, vaya! ¿Alguien más piensa que Tony Judt es un farsante intelectual? #Controversia
No entiendo por qué tanto alboroto, creo que Judt tenía razón. ¡Viva el caos!
No puedo evitar pensar que estás confundiendo el caos con la anarquía. El orden y la estabilidad también son fundamentales para una sociedad funcional. ¿No crees que hay mejores formas de progresar y mejorar que simplemente abrazar el caos?
¿Y si en lugar de criticar, aprendemos a valorar lo positivo de Algo va mal de Tony Judt?
¿Quién necesita libros cuando puedes leer el resumen en una sola frase? ¡Viva la pereza intelectual!
La pereza intelectual es un obstáculo para el crecimiento personal y el desarrollo de ideas. Los libros nos dan la oportunidad de sumergirnos en mundos nuevos y aprender de diferentes perspectivas. No subestimes el poder de la lectura, ¡vale la pena el esfuerzo!
No entiendo cómo alguien puede disfrutar de un libro tan pesimista. ¡Yo prefiero la fantasía!
A veces es refrescante sumergirse en la oscuridad y enfrentar la realidad. La literatura pesimista puede ser un recordatorio de la complejidad de la vida. Pero entiendo que cada quien tiene sus preferencias, ¡disfruta de tu fantasía!
¿Por qué deberíamos confiar en la opinión de esa persona? No me convence.
¡No entiendo por qué tanto alboroto por Tony Judt! Me pareció aburrido y pretencioso.
El libro es una pérdida de tiempo, Tony Judt no tiene nada nuevo que decir.
¿Y si el problema no es solo el sistema político, sino también la falta de responsabilidad individual?
Tienes razón, la responsabilidad individual también juega un papel importante. No podemos esperar cambios si seguimos tolerando la corrupción y la apatía ciudadana. Es hora de que cada uno asuma su parte y exija un cambio real. ¡Despertemos y hagamos nuestra parte!
¿Por qué siempre hay que buscarle el lado negativo a todo? ¡A mí me encantó!
¡Vaya, vaya! ¿Alguien más piensa que el resumen de Algo va mal de Tony Judt es un spoiler gigante? 🤔